A veces duele
vivir en esta piel,
ver en el espejo
mi rostro calcinado
por el tiempo:
las arrugas son zarzas
que arden y se pliegan
ante el misterio
que lentamente me evapora.
¡Duele ver tanto dolor
acumulado en la mirada
exhausta de los otros!
Pero duele más Tu voz:
murmullo apenas audible
en este lamento que me aturde.
Si Tú quieres
haz de mi el bálsamo,
el recipiente de agua
que lleve Tu humedad
a las lenguas sedientas
de Tu nombre.
Para que mi voz y mis manos
sean el humilde reflejo
de ese amor Tuyo que purifica
cada rincón de mi alma
envuelta en tu regazo.
vivir en esta piel,
ver en el espejo
mi rostro calcinado
por el tiempo:
las arrugas son zarzas
que arden y se pliegan
ante el misterio
que lentamente me evapora.
¡Duele ver tanto dolor
acumulado en la mirada
exhausta de los otros!
Pero duele más Tu voz:
murmullo apenas audible
en este lamento que me aturde.
Si Tú quieres
haz de mi el bálsamo,
el recipiente de agua
que lleve Tu humedad
a las lenguas sedientas
de Tu nombre.
Para que mi voz y mis manos
sean el humilde reflejo
de ese amor Tuyo que purifica
cada rincón de mi alma
envuelta en tu regazo.
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