domingo, 22 de mayo de 2011

BELLEZA PURA

Absorto.
En esta habitación
soy un equilibrista condenado a tu embrujo,
un eterno incendio sin retorno.
Dejo fluir la mirada
hacia tu piel suave y olorosa como el cedro.
“No hay belleza más pura que la tuya.
Por tí sería mil Adanes,
cien mendigos buscando tu manzana
en el fondo de cualquier precipicio,” —pienso—.

Me intuyes…
y tu rostro emana un no sé qué de Monalisa.
No quiero tocarte.
Se rehusa mi boca
a beber la cicuta de tus labios:
temo seas una diosa que embruja.
.........................
.........................
Sediento, me despojo del miedo
y voy a tu encuentro:
tu hechizo está consumado.

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