MI NIÑO DUERME
Mi niño duerme.
Su rostro emana
el fulgor de un cálido sueño.
Lo contemplo:
y en su placidez,
como si él sintiera mi mirada,
me dibuja en sus labios
una sonrisa de cielo.
Duerme, duerme mi niño,
la madrugada es larga
y te arrullo mientras escribo.
domingo, 22 de mayo de 2011
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bello testimonio, coincidir en el momento que la inocencia dormida despliega la dicha de sonreir inocentemente; yo me pregunto que les provoddcara esa sonrisa angelical?
ResponderEliminarbuenas memorias volvieron Vicente, gracias!