martes, 18 de mayo de 2010

ACRÓSTICO

P arecías una flor cuando naciste
A hora, delicada fragancia eres en mi vida.
Ú nica fuiste, única eres con tu presencia.
L azo de amor en aquellos primeros días.
I nfinita gratitud por ti, mi corazón exhala.
N iña, déjame cuidar tus sueños,
A lza tu mirada muy lejos hacia el cielo.

T odo en ti murmura una apasionada melodía.
O ye atenta el rumor de sus bellos ecos.
R espira la vida que se abre amorosa.
R uego que el espíritu te descubra sus misterios,
E specialmente los que brotan del silencio
S ublime, callado: que dice todo sin quererlo.

M írame con la dulce voz de tu silencio,
E sos tus ojos que dicen todo sin palabras.
D í que a tu padre amarás por siempre.
R eflejo del amor divino son tus besos.
A hora que ya creciste, amada hija,
N o olvides que mi corazón es tuyo
O h divina rosa en capullo.

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