sábado, 5 de febrero de 2011

Mi musa es un clavel
en una mano extendida
Es agua cristalina,
alma transparente
tatuada en el brillo de sus ojos
Es rostro que emana
un suspiro intangible
Es abrazo perpetuo sin amarras
Su silencio, ¡oh su silencio!
es el rumor de una estrella fugaz
en una noche de pasión desbordada

4 comentarios:

  1. los delicados roces del viento, suelen sanarme heridas ampulosas con cicatrices mal curadas, que muestro en fiestas salobres...Pero tu roce habla de ventosa ductilidad, que puede en el siguiente minuto ser un tornado que avasalla rutas, ciudades que se quedan sin mapa...Bello Vicente, gracias..

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  2. Te busque mucho...por fin te encontre...Que placer leerte aqui mi amigo Cachanilla!!
    Te dejo un abrazo infinito Vicente, no sin antes decirte que..HERMOSISIMo el rumos de esta poesia.

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  3. Gracias por tu visita, Vespasiano.Un abrazo desde México.

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  4. Olivia: casi no entro al blog últimamente, disculpa por la tardanza en la contestación. Gracias por tus mimos, querida amiga poeta.

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